La marca de productos Bioderma es una de las más conocidas a nivel mundial y eso gracias a que sus principios y valores se han mantenido inalterados a lo largo del tiempo, siendo de este modo fieles a sus conceptos.
Bioderma, una historia de éxitos lograda a pulso
Este laboratorio no ha parado de innovar y no renuncia a la mística y la pasión de sus primeros años, por el contrario es de agradecer sus continuos estudios de la biología de la piel y todo lo que ha logrado en materia de avances a nivel dermatológico.
Hay que remontarse a la década de 1970 cuando un farmacéutico de nombre Jean-Noël Thorel dio un enfoque revolucionario a la dermocosmética debido a sus frecuentes contactos con expertos en el área de la dermatología y la biología.
No tardó mucho tiempo en lograr sus primeras patentes y crear la base filosófica de Bioderma.
En 1977 logró su primer hito histórico gracias al champú Nodé, que representó un paso adelante en el mercado cosmético y sería la piedra de fundamento de otras innovaciones de este laboratorio. Este nombre proviene de la “no detergencia”, lo que significa en sentido práctico una fórmula que limpia el cabello sin causarle daños al mismo.
Thorel logró una fórmula que respeta la fisiología del cabello a la vez que conserva la película lipídica de la fibra, con un resultado inmediato que significó para los usuarios más suavidad y tolerancia, todo un éxito que tiene impacto aún en este presente.
En 1985 la marca empezó a desarrollar más productos de la mano de expertos dermatólogos compartiendo el mismo nexo filosófico común para seguir innovando y desarrollando fórmulas revolucionarias.
Esta alianza de esfuerzos ha significado que Bioderma conserve la misma relevancia como marca global.
En 1992 Bioderma con el fin de preservar su libertad de acción y estrategias se vuelve independiente de modo que el laboratorio empezó a acoger investigadores y científicos que fueran receptivos a la misma visión en las áreas de la dermatología y la biología.
Este año ha sido clave en la historia de Bioderma ya que sembró la base de mayores innovaciones en sus productos, siempre pensando en el entorno tan cambiante de las personas y su estilo de vida.
El adaptarse a estas necesidades cambiantes ha significado nuevos descubrimientos para las pieles sensibles, grasientas, secas o deshidratadas. También esto contribuyó a nuevas innovaciones en lo referente al cuidado del cabello y la regeneración a nivel celular.
En 2001 se funda en Italia la primera filial, un hito que marcó la internacionalización de la marca, que dio sus primeros pasos en este sentido una década antes. Esto ha contribuido a entender de una mejor manera los cambios constantes en el mercado y saber las nuevas necesidades en pacientes y dermatólogos.
Hoy el laboratorio Bioderma está presente en más de 100 países y de múltiples maneras: en filiales, puntos de venta, universidades y asociaciones.
Esto ha tenido como resultado una orientación más marcada hacia la labor social en países desfavorecidos y un mayor esfuerzo solidario entre las distintas culturas, ya que hoy por hoy, Bioderma difunde activamente sus conocimientos de dermatología a escala global, como parte de sus valores y compromisos con el mundo moderno.